En este poemario se propone un paseo emocional en el que se convoca a la infancia para hacerla presente en un hoy que ya es futuro. Llevando a la palabra hacia un paisaje interior inundado por mundos atemporales que recrean la realidad, hacia un temblor lírico en el que las reflexiones son un juego de memoria, de destino, por la que emanan caricias en forma de versos.