Existe una relación muy íntima entre las transformaciones formales y constructivas de las fortificaciones y la evolución tecnológica de la guerra y las armas. El uso de animales, caballos y elefante; las máquinas de guerra: la catapulta, el taladro mecánico; el surgimiento del arma de fuego y la artillería, ocasionaron grandes transformaciones en las construcciones militares. El surgimiento del arma de fuego, desde cualquier punto de vista, fue el más significativo y, por ende, el que provocó la primera gran división tipológico-formal de la arquitectura militar, antes y después de este invento. Los siglos XVI y XVII fueron periodos de expansión europea hacia Oriente y Occidente y, en consecuencia, de los conflictos de de interés entre las principales potencias, dando por resultado una importante producción de obras de carácter militar. Las experiencias del mediterráneo durante el conflicto entre los imperios otomano y español fueron el antecedente inmediato de las fortificaciones en el continente americano. En las costas de El caribe y el Golfo de México surgen numerosas fortificaciones que son ejemplo significativo de la arquitectura militar de la época.