Dentro de los enseres que normlamente encontramos en las viviendas, ocupan un lugar destacado los muebles y las lámparas. La costumbre de convivir con ellos a diario establece un clima de rutina en la cuál se nos hace difícil reparar en sus verdaderas cualidades, que solamente afloran cuando su deterioro nos alerta de la necesidad de encontrarles un sustituto.