Durante las últimas dos décadas del siglo diecinueve y por los menos los tres primeros del siglo siguiente en el ámbito de las ciencias penales prevaleció en nuestro país la concepción del positivismo criminológico. A diferencia de otros ámbitos que experimentaron al amparo de aquella concepción teórica importantes modificaciones como los programas reformadores en las cárceles la criminalidad femenina con sus características. Especificidad u tratamiento, permanecieron marginadas de las preocupaciones intelectuales de la época.