La pedagogía Waldort se centra en el niño y en el respeto a sus etapas evolutivas y busca favorecer el despliegue de sus capacidades y sus potencialidades en todos los órdenes.
Cuanto más ricas son las posibilidades de expresión que se ponen a disposición del ser humano mediante el organismo físico y a através de las funciones anímicas y cuanto más conscientemente puede este YO utilizar la multiplicidad de estas predisposiciones según sus propias decisiones basadas en un pensar independiente, tanto mayor es su libertad interior.
Cuando el hombre, una vez adulto, puede tomar en sus manos las responsabilidades de su propia evolución, la experiencia y el conocimiento que tiene a su disposición depende ampliamente de lo ha aprenhendido de sus educadores y maestros.
Se la reconoce como una educación hacia la libertad porque aspira a aportar la mayor cantidad de obstáculos físicos y psíquicos que puedan interponerse en el dominio consciente del YO.