El campo de la medicina estética ha cambiado a un ritmo tan vertiginoso que ha llegado a ser difícil mantenerse al día con las tendencias y los progresos más recientes. Cada década ha introducido nuevas tecnologías que han hecho nuestras prácticas más seguras, simples y eficaces. Los años 80 fue la década de las exfoliaciones químicas; los años 90 el laser; pero los dos cambios más innovadores han sido acerca del uso estético de la toxina botulínica en los años 1990 y ahora del auge repentino de los rellenos en esta era del siglo XXI.

A partir de uno o dos rellenos disponibles hace veinte años, ahora tenemos un gabinete repleto de materiales de relleno - biodegradables y permanentes - para resolver cada una de las necesidades de nuestros pacientes. En los años recientes, los rellenos están emergiendo como las flores en primavera con una profusión de dispositivos originales, imitaciones y de materiales de inyección. Esto ha significado cada vez más dificultad para el clínico en la revisión a través de las publicidades exageradas de la comercialización para encontrar una ciencia realmente objetiva - si existe - en los agentes más nuevos.

Adicionalmente, esto es complicado por el hecho de que la certificación del CE no requiere datos de eficacia y seguridad si las sustancias comparables de relleno están ya en el mercado. La realidad es que la mayoría de los nuevos dispositivos estéticos vienen de Europa y es difícil para nosotros evaluar cuál es nuevo y cuál es bueno.