La cocina vegetariana no es ni triste ni austera, sino viva y múltiple sobre todo en las frutas y verduras, pero también incluye los subproductos animales (leche, quesos, manteca, huevos). El sistema digestivo del hombre no es el del carnívoro, y la carne, por su toxicidad, debería ser progresivamente desterrado de nuestra alimentación. Cuanto más se simplifica la nutrición, mejor la utiliza y la asimila el organismo, tanto más cuanto que son principalmente los vegetales los que irradian las vibraciones esenciales para nuestro equilibrio orgánico.
Este libro no intenta imponer una escuela en particular, salvo la de la naturaleza a lo que es conveniente acercarse en el plano alimenticio. No tiene como objetivo convertirle al vegetarianismo, sino simplemente iniciarle, hacerle descubrir de forma práctica y por sí mismo una alimentación más sana, que sabe seguir siendo alegre, agradable y vivo.
Una alimentación vegetariana bien concebida y proveniente de cultivos biológicos, es forzosamente equilibrada y dietética. Le descubrirá otros platos, gustos diferentes y otras formas de cocinar. Es todo un aprendizaje del que extraerá nuevas alegrías.
Las 330 recetas que presenta esta obra, simples y apetitosas, le enseñaran a preparar sopas y cremas, ensalada, verduras y hortalizas, cereales, pastas, quesos, postres, salsas e incluso, bebidas. Déjese llevar por la glotonería y la imaginación y este libro se convertirá en un auxiliar valioso de todos aquellos que les preocupa la salud, pero que, al mismo tiempo, les gusta comer.