No podemos experimentar paz, ni amor, ni abundancia si no damos la bienvenida al espíritu. Podemos intentarlo con muchas técnicas y conseguir experiencias similares, pero lo que es del espíritu, solo lo da el espíritu.
Por eso, para experimentar abundancia, antes deberíamos preguntarnos si consideramos al espíritu en nuestras decisiones cotidianas.