Una legua es un instrumento de comunicación. No podemos imaginarnos cómo sería una sociedad sin un lenguaje como lengua. Los gestos no bastan; ayudan. Los innumerables otros símbolos no sustituyen a la lengua.

Cuando nos comunicamos coloquialmente, familiarmente, de tú a tú, o de vos a vos, no nos preocupa el cómo sino el qué vamos a decir, pero, si tenemos que escribir o utilizar la lengua formal en una conferencia, interesa no sólo el qué sino también el cómo, o sea, debemos cuidar el ropaje.

Todas estas consideraciones nos llevan a justificar esta obra.

El presente trabajo tiene la intención de ayudar a resolver las dudas de una manera rápida, pues presenta, por orden alfabético, las dificultades de uso que encontramos en el español, con la certeza de que todo aquel que recurra a esta obra en busca de respuesta a su duda, la encontrará.