Entras a una tienda y te encuentras a dos o tres personas hablando entre sí o mirando la pantalla de su monitor, aparentemente ocupadas, incluso alguna de ellas te ha visualizado; pasan unos segundos- que se te hacen interminables- y nadie se dirige a atenderte hasta que, ya con cierto enfado, tienes que pedir que te atiendan. Otras veces te "colocan" un producto sin preguntarte qué uso vas a darle, con lo que no quieren orientarte hacia el más adecuado, o bien no ves un rostro sonriente ni siquiera acogedor. A partir de estas experiencias, tal vez tu predisposición a decaído considerablemente. ¿ Te suenan estas historias reales?