El turco y el polaco, Zalim y Douksas, los dos Rodolfos, enhebran el inicio y el final de una aventura que, con agresividad y garra, se ha inscripto ya en el panorama viviente de la mejor literatura argentina. Los dos amigos, que obsesionados por la venta -savia elemental y trampa múltiple-, han recorrido en su juventud los suburbios pobres del Gran Buenos Aires, años más tarde se reencuentran en las costas del Tuyú. El desenfado y la nostalgia tironean este relevamiento existencial a dos voces -o quizá sólo una-. El lector ha de transitar así entre el desopilante brochazo realista, la tristeza impiadosa y el aliento trágico que tiñe el texto entero.