La ola de entusiasmo por la experimentacion alcanzo su punto culminante en Estados Unidos en la decada del veinte. Luego, el excesivo optimismo de los primeros tiempos dio paso a la apatia y desaliento de muchos investigadores, que atribuyeron los fracasos al propio metodo experimental en ocasiones en que la verdadera fuente de la frustracion era una teoria inadecuada. Campbell y Stanley reafirman en este volumen su fe en la experimentacion. Apoyandose en la moderna filosofia de la ciencia y guiandose por una perspectiva evolutiva, sostienen que, pese a las fallas de determinados disenos, su uso es recomendable cuando a causa de las limitaciones del contexto resulta imposible construir otros mejores. Analizan de este modo las diversas variantes de esos disenos "cuasiexperimentales," imperfectos en si mismos pero que pueden dar origen a reales avances. A diferencia de lo que ocurre en las ciencias fisico-naturales, donde la posibilidad del fracaso es aceptada como parte de la experimentacion, en ciencias sociales aun es preciso "inculcar la expectativa del tedio y la decepcion, y el deber de la constancia permanente."