El taller de un artista del Renacimiento, con sus maestros y aprendices, es una representación más acertada del trabajo de un profesional de la filosofía de comienzos del siglo XXI que la sombría figura de Descartes solitario junto a la estufa o la imagen convencional de El pensador de Rodin. El trabajo de quien se dedica a la filosofía no es solitario, sino que acontece siempre en comunidades de investigación que se expanden en el espacio y en lel tiempo. Es una introducción a la escritura filosófica y a sus diversos géneros académicos. Su objetivo se encuentra en la peculiar articulación entre el pensar y el vivir que acontece en el empeño personal por escribir. En este sentido, aunque se trate de una obra de Metodología filosófica, es decir, de aquella rama de la lógica que enseña los principios generales que han de guiar una investigación en filosofía, es sobre todo una invitación a pensar y a vivir con más plenitud mediante la reflexión sobre escritura.