La bohemia de unos artistas humildes pero dotados por la gracia es el clima en que se desenvuelve esta historia hilvanada con propósito y lenguaje teatral por Javier Viveros. Y su hilván es tan sensible como cuidadoso, porque escoge los capítulos y elementos que en conjunto terminan configurando una pieza conmovedora y bella, que juega airosa, con la comedia y el drama.

La figura mítica de José Asunción Flores encuentra en esta pieza un retrato rico, digno de la personalidad compleja y seductora del gran artista, que se ubica en el foco central de la obra, y entre los amigos entrañables de aquella bohemia nutricia, se destaca la figura de su hermano del alma, el poeta Manuel Ortiz Guerrero. Pero entre estos personajes de profunda humanidad, flota y reina otra presencia singular: la guarania, la música exquisita del Paraguay que alcanzó la universalidad, el milagro nacido en una modesta cuna de pueblo. (Susy Delgado).