Los últimos cincuentas años han presenciado la irrupción de la imagen de actualidad en nuestra vida cotidiana: desde la llegada del hombre a la Luna hasta la guerra del Golfo, pasando por la caída del muro de Berlín. Seducidos por la inmediatez de lo visual, ya nada nos parece real si no puede ser contemplado en vivo y en directo desde cualquier parte del mundo. Así, estuvimos en Vietnam, asistimos a los desfiles de la plaza Roja, nos manifestamos en Praga y en París y odiamos al policía blanco que apaleaba a un hombre negro en Alabama o en Sudáfrica