Un elemento no desdeñable de las religiones políticas contemporáneas, desde el jacobinismo al nazismo, fue la emulación del pasado clásico. El peligro de esa evocación no ha estado circunscrito a los nacionalismos o al colonialismo. De hecho, en sus orígenes estuvo más bien vinculado con tendencias políticas revolucionarias. Si Mussolini y Hitler estuvieron fascinados con la Roma imperial o la Grecia clásica se debió a la influencia intelectual del siglo XIX. En esto, eran hijos de la Revolución. Pero esta es una verdad incómoda. Imperios de crueldad es un libro lleno de verdades incómodas.
Este ensayo constituye un recorrido exhaustivo, apasionante y desgarrador por la literatura y la historia de la Antigüedad clásica para exponer la crueldad estructural de esa época, y así establecer vínculos entre esta y las políticas de terror del mundo contemporáneo. Alejandro Rodríguez de la Peña lo consigue alejándose del estudio frío y distante del historiador común, pues no rehúye la mirada ética sobre la relectura de los clásicos. Así, abre este ensayo con una declaración de principios: solo desde las auténticas raíces del espíritu europeo, las grecorromanas y las cristianas, combinándolas y no contraponiéndolas, se puede reconstruir lo que ahora es una cultura en ruinas.