La obra aborda uno de los aspectos más delicados del Derecho Penal, como es la Prescripción de la Acción Penal. El autor analiza esta figura, muy rehuida por la doctrina, de manera completa y sistemática y profundiza hasta descubrir sus falencias, que son las que afectan la practica diaria de la profesión. Como operador de la Justicia, Riera Manzoni tuvo acceso a todas las situaciones por él llamadas conflictivas, y a todos los fallos judiciales que intentan resolverlas, enjuiciando tanto estos problemas como las resoluciones recaídas, con objetividad y criterio.