En las últimas décadas, marcadas por el incesante refinamiento de las máquinas, aproximadamente las tres cuartas partes de los accidentes aéreos fueron el resultado de un desempeño humano que se apartó de lo óptimo y esperado. Para irritación de muchos, por lo general tales accidentes fueron etiquetados en publico como error humano, y más aún, error del piloto.

Bien, pero tanto la Gestión de los Factores Humanos en Aviación así como la Gestión de la Seguridad Operacional, tal como se presentan en la actualidad, poco y nada han logrado en relación a la temática que me preocupa, por lo que insisto nuevamente en que se requiere de un verdadero cambio de paradigma si se pretende lograr resultados que verdaderamente garanticen tanto la seguridad de las operaciones como la integridad y la vida de las personas y los bienes propios y de terceros