Destaca la información que es posible obtener del interrogatorio y el examen físico del paciente con patología cardiovascular. Jerarquiza el valor incalculable de la medicina clínica en una época en que el crecimiento vertiginoso de los recursos modernos y especializados para el diagnóstico orienta al médico al abandono de la valiosa historia clínica. Utiliza una terminología sencilla que permite acceder sin dificultades a la comprensión de los temas fundamentales centrados siempre en el enfermo.