Ningún personaje hispanoamericano, salvo, quizá, Bolívar, ha apasionado tanto como Rosas a los pueblos que descienden de España. Hubo un momento en que, a juicio de medio continente, él representó su libertad y sus derechos. Más aún, se le consideró en ese momento como la conciencia de América. En Europa fue discutido como aquí: alabado por unos y denigrado por otros.
Entre nosotros, Juan Manuel de Rosas es un tema de actualidad desde hace ciento veinte años. Puede afirmarse que hoy es el único tema histórico de actualidad. Se le exalta a Rosas y se le condena, con igual furia por ambas partes. Se invoca al patriotismo para defenderlo, como se lo invoca para atacarlo.