"Lo que me llamó la atención, la primera vez que la leí. es el tono de sostenido susurro que la habita. Soterrado rumor, sigiloso, como el del imperceptible lagarto que en la siesta se lleva "los recuerdos, los temblores y todos los alientos...". Tu poesía me produce la impresión de un deslumbramiento, pero sentido, vivido a la inversa. No es el efecto del relumbrón que enceguece, sino la permanencia discreta de la luz que impregna, la piel primero, las entrañas luego, los sentidos después. Sensorial, sensual, tu palabra sorprende por el inocente atrevimiento con que se expresa. Osada sin intención, como el aroma de una mata de menta o el color de un malvón. El sentimiento intenso, cálido, el deseo encendido campean plenamente, sostienen tu poesía. Pero el agua de la palabra no se enturbia aunque empoce, sino que cristalina en el turbillón, mantiene su límpida transparencia. Difícil equilibrio entre la intensidad y la serenidad, que no caracteriza sólo el tema del amor."
Rubén Bareiro Saguier
Recorrer su obra es regocijarse con su hondo lirismo expresado en castellano, con versos aparentemente sencillos, pero pictóricos de intensa emoción, de expresividad amorosa llevada a alturas difícilmente accesibles para quienes no han degustado la pócima del amor y el dolor con su bi fronte consecuencia. Y sus textos en guaraní, su lengua madre, la lengua moldeadora de su cosmovisión -como la de la mayor parte de los paraguayos - suenan a los oídos como el gorjeo del corochiré en las mañanas, si Susy emprende la descripción de sus agudos sentimientos pulsados a partir de sus vivencias a lo largo de su infancia. Y suena a los oídos como un látigo cuando clama con sus admoniciones hacia las injusticias.
Víctor Casartelli