Las técnicas imagenológicas han sido muy importantes tanto para mostrar como para estudiar la anatomía vascular humana, ayudando por lo tanto a la comprensión y manejo de las enfermedades vasculares. Como las enfermedades cardiovasculares han aumentado en prevalencia entre la población, la necesidad del conocimiento de la anatomía se ha vuelto primordial en la práctica de la medicina.

El uso de la angiografía percutánea por catéter ha sido el estándar de oro para la demostración de la anatomía vascular in vivo y la patología vascular.

Sin embargo, en los últimos años un número creciente de nuevas modalidades imagenológicas (incluyendo el ultrasonido Doppler, la angiografía por tomografía computarizada y la angiografía por resonancia magnética) están disponibles y en gran parte han sustituido la angiografía invasiva, excepto cuando se planifica una intervención.

Por lo tanto, hay combinación de modalidades imagenológicas cada vez más frecuente como para no ser utilizadas en la práctica clínica para la evaluación cardiovascular de los pacientes.