Investigar es iniciar un viaje. Por eso, así como preparamos lo necesario para llevar en el momento de emprenderlo, las teorías que nos acompañarán en el transcurso del proceso de investigación constituyen, a su vez, un punto de partida. En otro sentido, una teoría no es una llegada, sino un lugar desde el cual partimos. El modelo dialogal considera que antes de iniciar el viaje, el camino o la búsqueda, el investigador debe entender el qué como el saber o la teoría de la cual parte; el cómo, igual a un saber hacer o al método; en tanto que el para qué apunta al ser. Una teoría (el qué), por tanto, no sería nada sin la búsqueda del método (el cómo). Los dos pasos anteriores solo adquieren vida desde la praxis de la actividad mental del ser, que se responde en el para qué.