Cécile es una adolescente cuya vida transcurre de un modo feliz y placentero, tal vez incoherente, pero con la libertad de pensar y escoger por sí misma, incluyendo en esa libertad la de rechazar los moldes. Anne irrumpe en su vida y en la de su padre pretendiendo cambiar sus existencias, enterrando esa "bohemia" y predicando el orden, la vida burguesa, elegante y organizada. Anne sacude la célula utópica formada por Cécile y su padre, Raymond, e intentará introducir en este grupo humano una dinámica de aspiración y progreso.