Argentina es el tercer país en el mundo con prevalencia serológica de Chagas, después
de Bolivia (18%) y Paraguay (9,2%). La alta tasa de infección en nuestro país se ve
agravada por la fuerte migración desde las dos naciones de mayor endemicidad, hecho
que aumenta la casuística nacional. Al mismo tiempo, se estima que el 86% de la superficie
continental del país no escapa a la probabilidad de contaminación vectorial. En el país, al
menos un millón y medio de personas tienen Chagas, lo que representa el 4% de la
población total del país (programa Federal de Chagas, 2007). Esta cifra se calcula a partir
de los datos obtenidos en bancos de sangre y embarazadas y, si bien no refleja de manera
completa la magnitud del problema, es la aproximación más representativa con la que se
cuenta hasta el momento para caracterizar la situación del país. El porcentaje de niños
menores de 15 años con Chagas se calcula en un 3,4% de la población total de ese grupo
etáreo, es decir, 306.000 niños. Esta cifra tiene particular importancia dado que el 98% de
los casos nuevos ocurre en niños menores de 15 años, siendo en este rango de edad
cuando el tratamiento específico resulta más efectivo.