Lo que Javier Marías, al referirse a Santa Teresa de Ávila llama El increíble milagro de su familiaridad con Dios, es algo muy en consonancia con el realismo trascendente de nuestra pintura de esa época y que un poeta paraguayo, Jacobo Rauskin, ha sabido captar muy bien en su poema Cocina antigua, en la que hay alguien que reza aún frente al llanto gris de la cebolla. (Jaime Siles.)