Desde que comencé a realizar fotografías clínicas durante la residencia hace más de veinte años, no he dejado de impresionarme por los cambios prácticamente ilimitados en la expresión de las enfermedades cutáneas. Sin embargo, con minuciosa observación, emergen modelos clínicos que permiten el desarrollo de un diagnóstico diferencial razonable. En esta tercera edición, he empleado más de seiscientas imágenes para demostrar las múltiples variaciones y pautas comunes que son fundamentales para la comprensión de las erupciones cutáneas en los niños.

Dermatología pediátrica está dirigido a los profesionales en las áreas de atención primaria y pediatría que tengan interés en dermatología, y, obviamente, para dermatólogos en general. El texto se organiza alrededor de problemas clínicos prácticos y la mayoría de los capítulos terminan con un algoritmo para desarrollar un diagnóstico diferencial.

En el departamento de dermatología del Johns Hopkins, hemos tenido la suerte de contar con anatomopatólogos orales que desempeñan tanto un papel docente, como el de especialista. Con su ayuda, se ha reflejado la importancia de reconocer las lesiones orales en el cuidado del niño en un nuevo capítulo dedicado a la patología oral. A pesar de que el capítulo 9 está centrado en las lesiones primarias de la mucosa oral, también incluye una exposición de las claves de la enfermedad sistémica. El capítulo 2, que trata sobre los desórdenes dermatológicos de neonatos y niños, es el más denso de todo el libro, debido al continuo desarrollo de la neonatología como una disciplina pediátrica independiente. El capítulo 10, Dermatosis facticias, aborda ciertos desórdenes que son ante todo provocados, agravados o causados por factores externos.

Por último, el formato del texto debería ser sencillo para el lector. Las páginas y leyendas han sido numeradas de modo estándar, y el índice se ha revisado para incluir todos los trastornos mencionados tanto en el texto como en las leyendas. El contenido y las imágenes incorporan avances tomados de diagnósticos, valoraciones y tratamientos recogidos en los seis años posteriores a la publicación de la segunda edición. Tan sólo espero que los estudiosos de la dermatología pediátrica disfruten leyendo este libro tanto como yo lo he hecho escribiéndolo e ilustrándolo.