Disueño fue un certamen que se presentó en paralelo a los Premios Delta entre 1977 y 1979. En un momento en el que los principios del funcionalismo empezaban a entrar en crisis, esta iniciativa abrió un espacio de libertad a un tipo de producto nuevo y difícil de definir, a medio camino entre el arte y el diseño industrial, entre la artesanía popular y la ironía posmoderna, y entre la crítica a los sistemas de producción y las propuestas de mobiliario utópico para una sociedad nueva.