La existencia de grupos humanos en los continentes del planeta Tierra co diferencias que los identifican de acuerdo a las importantes manifestaciones de una cultura propia y que carateriza a los seres humanos como una especie de gran dinamismo, propicia un permanente intercambio cultural, religioso, económico y recreativo. El turismo, una de las actividades más complejas del siglo XXI, genera efectos positivos y negativos, ya que si favorece el conocimiento de otras culturas, el desconocimiento de las mismas también provoca cambios en las estructuras de los destinos en desventaja económica,afectando costumbres ancestrales, tanto por el afán de los anfitriones de complacer a los visitantes, como por el interés lucrativo de los prestadores de servicios.