La respiración es la principal función que nos mantiene vivos, pero también puede ser un camino para transformar nuestra vida en una experiencia plena, gratificante y elevada. Y, aunque absolutamente todo lo que hacemos, lo hacemos gracias a que respiramos, pocas veces le damos al acto de respirar la importancia que merece.
Algunas actividades revelan, más que otras, la necesidad de realizar una respiración eficiente; por ejemplo, al hablar ante un gran auditorio, al cantar o al realizar ejercicio físico. Sin embargo, implica mucho más que eso: la respiración integra, de forma inseparable, el cuerpo físico, energético, mental y espiritual, por lo que será necesario integrar todos estos aspectos, ya que no pueden separarse uno de otro.