El cineasta y la partera (y el sociólogo marxista que murió de amor) pareciera perseguir sólo el objetivo de divertir.
Fresca y jocunda, exhibe un realismo rayano holgadamente en el folletín. Se sirve de él como apuntando a una eterna saga de telenovelas. Jorge Asís despliega en plenitud la comodidad del narrador, manifestando disipadamente la alegría de contar. Conjuga hábilmente personajes y escenarios, magia y color, sueños y fracasos de la Argentina de fines de la década del 60 a 1986. Detrás de las suntuosidades y transgresiones de nuestra historia última asoma una mirada irreverente, aguda, que penetra impiadosamente en las grietas, los desencuentros, la violencia y el cotidiano filón imprevisible y ridículo de la historia.