En plena guerra con el Perú, llegan al polvoroso villorrio del gran Cauca llamado Rosas los más ávidos viajeros, pues ese apacible pueblo es refugio para las penurias, del camino que traza el contrabando del anís que produce la bebida más codiciada. El progreso y el atraso se conocen allí, en la construcción de una carretera, que para ingeniero Lucio también debe traer a estas regiones olvidadas un hálito de cultura a través de la ópera