Los romances constituyen sin duda las composiciones más populares d ella literatura española: los heroico, lo caballeresco, lo amoroso, lo moro y lo cristiano conviven en ese puñado de textos recuperados de la memoria oral.
Ramón Menendez Pidal, el gran filologo español que dedico su vida a recuperar las voces del Romancero, sostiene que el fuerte entronque de los romances con las gestas heroicas medievales constituye una de sus características más distintivas.
La serranilla o la pastora en dialogo con el caballero; la malmaridada con un esposo brutal, infiel o despreciativo; la locura o llamarada de amor que vence todos los obstáculos entre los enamorados: todos estos temas y el triunfo del honor, la lucha por los ideales y la defensa de la soberanía cantados en estas composiciones épico-liricas, de versos octosílabos que los juglares llevaban de plaza en mercado y del pueblo a la corte para narrar la historia de un pueblo heroico.