En el siglo XVII, en las áridas arenas de Arabia, nace una nueva religión cuya filosofía progresiva y su dinamismo expansivo revolucionó la sociedad: El Islam. Unía a Dios con el hombre mediante un vínculo hondamente personal, sin intermediarios. Muy pronto, la nueva religión se extendió por África, Asia y Europa. Su impacto fue tal, que hoy en día la quinta parte de la población mundial proclama su adhesión a la misma.