Los países de América latina atraviesan actualmente las vicisitudes propias de un cambio de época bajo el impulso de un nuevo patrón de desarrollo centrado en la inversión privada, la apertura externa y las señales del mercado. Este proceso de transformación remite, por un lado, a los cambios operados en el contexto internacional de los países de la región, la crisis de la deuda externa y el nuevo escenario de la globalización económica. Dichos cambios constituyeron un poderoso acicate para la reorientación de la estrategia de desarrollo.
Si bien es visible en los años recientes una convergencia en torno de las reformas de mercado, también se ha advertido que el ritmo y los alcances de éstas no han sido uniformes. De allí que, para dar cuenta de las modalidades del ajuste estructural, haya que introducir la referencia al papel desempeñado por las reglas de juego políticas, las capacidades institucionales de los gobiernos y las reacciones de apoyo o resistencia de los grupos sociales. El proceso de reformas económicas es una operación sustancialmente política, cuyo desenlace depende de las salidas contingentes que los líderes de gobierno dan a los dilemas que imponen el contexto económico y los condicionamientos políticos e institucionales.
A partir del examen de las experiencias de reformas en la Argentina, Bolivia, Brasil, México y Colombia, Juan Carlos Torre aborda esta temática y analiza los desafíos que afrontan los países al entrar, a fines de la década de los 90, en los tiempos del post-ajuste estructural.