La crisis de los anos setenta es la crisis de un patron de acumulacion y de un modelo de Estado que remiten a su vez, a una cierta organizacion de la produccion y del consumo. Estos rasgos definitorios del capitalismo de la posguerra deben ser analizados si se quiere comprender, precisamente, como han llegado a entrar en crisis; y tales rasgos estan asociados a tres nombres: Taylor, Ford, Keynes.
Con Taylor se produce la entrada del reloj en el taller, y con la medida de los tiempos y los movimientos se hace posible la sustitucion progresiva del obrero profesional de "oficio" -arropado por sus "secretos del oficio" y su sindicato- por obreros de nueva hornada, carentes de tradiciones, de calificacion y de organizacion. La ley del cronometro barre asi el principal obstaculo que en esos momentos encuentra la acumulacion de capital.
La cadena de montaje de Ford es el paso siguiente. El gesto obrero, reducido a movimientos elementales por el scientific management, se ve sometido ahora a cadencias reglamentadas. La normalizacion de las piezas, de las herramientas y de los productos abre paso a la produccion en grandes series. Asi, las condiciones salariales y de consumo se ven trastornadas por la generalizacion de la produccion masiva.
Keynes, por ultimo, proporciona en la decada de 1930 la racionalizacion que precisa el nuevo patron de acumulacion, redefiniendo el papel y las funciones del Estado para que este garantice los equilibrios que requieren las condiciones totalmente nuevas creadas por el taylorismo y el fordismo.