Reflexionar sobre la violencia significa, en primer lugar, reconocer que ésta tiene por origen la impotencia. Esta tesis de Hanna Arendt nos ayuda para comprender cómo nuestra sociedad se percibe carente de poder, en la recurrencia de la frustración, en la impotencia de un derrotero que nos desliza a descartar valores esenciales, tales como la preservación de la infancia en el deterioro y la destrucción física y subjetiva.
Índice
La infancia violentada
Niños resistiendo
Los niños el poder y la inocencia
Infancia identidad y diferencia
Gramática y poder
Palabras insignificancia y violencia