Jacobo Rauskin obtuvo el Premio Nacional de Literatura 2007, con Espantadiablos.
"...es la época, el inevitable presente, lo que se cuela entre los pliegues de sus asuntos poéticos: no quiere trabajar la materia heredada para eludir su tiempo, sino para insertarse en él con responsabilidad y mucha opinión.
Es el 'cantar opinando' de nuestro Martín Fierro, con los conflictos que se ven con sólo asomarse a la calle: por eso recorre bares, barrios populares, enumera oficios, denuncia injusticias y no tiene miedo de abrir sus poemas, de hacerlos porosos, para que por él deambule el viento".
(Santiago Silvester, poeta argentino).