La mayor transformación sufrida por la Odontología en los últimos años está relacionada con el desarrollo de materíales y técnicas que tratan de devolver no sólo la función, la salud o comodidad del paciente, sino también la estética. En la actualidad, el odontólogo posee a su favor una gama de opciones en lo que se refiere a materiales restauradores, lo que permite la obtención de resultados de alto nivel y, en consecuencia, la total satisfacción de los pacientes. Esto exige que el profesional posea algo más que un elevado conocimiento técnico y científico de los materiales restauradores. Hoy en día, existe la posibilidad de realizar trabajos de extrema naturalidad. Esta naturalidad se concreta cuando a los ojos del cualquier observador, sea lego o profesional, el trabajo restaurador pasa inadvertido.

Este es el mayor objetivo de la denominada Odontología Estética: ¡El arte de imitar a la naturaleza en sus formas, textura, colores y belleza!

Actualmente, existe una demanda por parte de la población por restauraciones imperceptibles, es decir, con un color aproximado a la atonalidad natural de los dientes. Las resinas compuestas se insertan en este amplio contexto de la Odontología actual, desempeñando un papel de importancia fundamental en las indicaciones restauradoras directas e indirectas, tanto en dientes anteriores como posteriores. Por esta razón, es en los trabajos directos donde los odontólogos tienen la posibilidad de demostrar su potencial artístico, ya que, movido por la inspiración, ejecuta su obra de principio a fin. Desde el punto de vista artístico, el profesional debe profundizar la observación de la naturaleza. El arte odontológico no se crea. Simplemente copia una obra creada por la naturaleza, es decir, los dientes.

Y sólo se logra copiar algo que se conoce profundamente. Percibir y mentalizar las características de forma, proporción longitud/ancho, textura, color, translucidez, posición y armonía de los dientes con las estructuras intraorales restantes y de la cara es un ejercicio precioso para mejorar la sensibilidad del odontólogo.

Pero no sólo se realizan trabajos para que sean bonitos. Los dientes naturales poseen funciones importantes que deben ser bien conocidas. En consecuencia, lo que determina el éxito o fracaso es la capacidad de belleza y biocompatibilidad, restablecer la función dentaria y ser longevo.