La hemodilución y el uso racional de la sangre no son ideas nuevas, es la dilución de los constituyentes de la sangre en forma intencional como una alternativa terapéutica. Es un procedimiento que se utilizó por primera vez en 1959 en cirugías de corazón abierto en el sistema de derivación cardiopulmonar de sangre homóloga en el llenado del sistema de derivación cardiopulmonar, sustituyéndose inicialmente por soluciones isotónicas con electrolitos.

En los últimos 40 años múltiples productos y soluciones se han utilizado para la realización de hemodilución, y el campo de ésta ha dejado de estar restringido sólo a la cirugía cardiopulmonar, utilizándose en dos grandes grupos de pacientes:

- Aquellos con eventos donde existen trastornos del flujo microvascular, con el fin de mejorar las condiciones hemorreológicas, dentro de las que destacan la eritrocitosis secundaria a enfermedades pulmonares hipóxicas, isquemia cerebral, enfermedad vascular periférica y choque hipovolémico.

- Aquellos que requieren algún procedimiento quirúrgico, donde se puede realizar de manera preoperatoria para poder realizar autotransfusión durante el evento quirúrgico y en el tratamiento del choque hipovolémico, particularmente en traumatismo o hemorragia aguda, campo que han resultado particularmente útiles las soluciones hipertónicas hiperoncóticas y recientemente con resultados favorables el uso de almidón.