Este manojo de poemas sangrante y florido, vital y agónico, orbital e intimista, prolijo y descabellado, es lo más distante de la convención, palabras de Rubén Bareiro Saguier, autor del prólogo de la obra de Barreto.
Prólogo
ORBIS
Aquí
Buda se hartó
Mahoma corre
El mundo es ajeno
Cómo ser
Estoy hecha
Mi alma
Mi jardín
EROS
Violines
Exhausta
Ni ácido
¿No recuerdas?
Ahora
De tarde
Aquí mi corazón
Aquí estoy
Cuando
Vivo
Ayer
A veces
Y... TANATOS
¡Qué eternidad...!
¡Qué silencio...!
Tu voz
Cuando duerma
Desnuda
Soy tierra
Un día