Domina en esta novela un tono de amable costumbrismo. Delineando delicadamente el cotidiano acontecer de un pueblito andaluz de fines del siglo pasado.
Juan Valera asoma en el trazo vivaz y simpático que hace de los personajes y del lugar, en el agudo análisis psicológico de los protagonistas y en los tonos con que describe el ambiente popular.