Cada llanto desolado, cada dolor punzante en aquellas varias/cuantas noches, cada presión de aturdimiento y desesperación, cada grito, cada falta de aire ante la Impotencia de no tenerlo más conmigo, cada paso doloroso en el duelo, me han llevado a una exploración y dedicación profunda de la vida y la muerte, y las comparto no como "Una receta a seguir sino, como una de las tantas opciones para transitar el duelo desde los valores y fundamentalmente desde el amor.