A nadie le asombra que la historia esté íntimamente relacionada con la mentira. Así, en el tumulto de la Segunda Guerra Mundial, hubo acontecimientos emblemáticos que se manipularon hábilmente. Desde la enmascarada eutanasia de niños alemanes discapacitados, en 1933, a la mascarada de Gleiwitz que desencadenó la invasión a Polonia y el estallido de la guerra; desde el levantamiento de Varsovia hasta el sacrificio inútil de los kamikazes, sin olvidar el "reparto" del mundo en Yalta, Philippe Faverjon revela la cara oculta de la última guerra mundial.
Nada es anecdótico en este apasionante relato. Basándose en los descubrimientos más recientes, el autor explica lo bien que funcionan estos engaños. Por ejemplo, el campo de concentración de Theresiendstadt, antecámara de la muerte, en una visita de la Cruz Roja fue transformado por sus propios habitantes en una ciudad balnearia para judíos privilegiados: la célebre organización humanitaria no se enteró de nada. Lo mismo pasó en Katyn: el descubrimiento en abril de 1943 de un osario de oficiales polacos asesinados por el NKVD, organismo de seguridad soviético antecesor de la KGB, causó enseguida una gran polémica orquestada por los rusos, cuya verdad recién salió a la luz en los años noventa.
Un libro que pone al descubierto una increíble suma de errores humanos y de decisiones arbitrarias protegidas por el sello de la mentira.
Prólogo
1. La mascarada de Gleiwitz: ¡Polonia atacó a Alemania!
2. Francia, mago-junio de 1940: ¿era real la superioridad del ejército alemán?
3. La "Gran Guerra patriótica": ¿la Unión Soviética sola contra todos?
4. Operación T4: la mentira del Estado o la purificación alemana
5. El campo modelo de Theresienstadt, un modo de ocultar la "Solución final"
6. El bombardeo de Dresden: ¿un objetivo estratégicamente indispensable?
7. La guerra en el Este: el honor perdido de la Wehrmacht
8. El osario de Katyn: controversia sobre una masacre
9. El levantamiento de Varsovia: el Ejército Rojo condena a los insurgentes
10. Kamikazes: ¿el "Viento divino" salvó el honor de los japoneses?
11. Yalta: el reparto del mundo no se produjo