El libro trata de conflictos rurales que responden a desequilibrios en el control de las tierras, esto es a la inequidad que se refleja en una estructura de tenencia muy concentrada, con pocos que detentan grandes extensiones y muchos que acceden a parcelas muy pequeñas o quedan excluidos de ese recurso.

Este libro recoge algunas preguntas: ¿Cuáles sistemas de dominación amparan la desigualdad en la distribución de las tierras?, ¿De qué mecanismos se valen los latifundistas para apropiarse ilegalmente de tierras del dominio público?; ¿Cuáles han sido las respuestas campesinas en los casos estudiados?; ¿Cuáles son algunas alternativas para revertir la situación?.

Para responder a estas preguntas se encara un estudio de dos conflictos, el de Ñacunday y el de Marina Kue. No se incorporaron todos los aspectos sobre los casos estudiados, pero los puntos tocados pueden ser relevantes para conocer cuestiones centrales de nuestra sociedad.