Sebastián siempre pensó que las ideas germinan nuevas ideas, que las buenas acciones crecen ampliándose como los círculos concéntricos en las aguas de un estanque.
Pero las cosas no suceden así en una sociedad permisiva, en la que nada es lo que parece sen en la que aparentemente no le importa a nadie cómo deben ser las cosas.
Y una tragedia hizo que el decidiera el camino a seguir.
El autor además arquitecto y docente universitario, es presidente de la Sociedad de Escritores del Paraguay, ha recibido el Premio Municipal de Literatura 1992.