Francisco Javier Bellavista, conocido como FJ, tiene 8 años y es curioso, testarudo y se hace muchas preguntas. Se plantea por qué los verbos en segunda persona del singular tienen que llevar una ese. El chico no acepta la convención y funda una academia. Los adultos le proponen que se ocupe de cuestiones que aún no han encontrado explicación. El padre de FJ es un apasionado de la astronomía y enseña los planetas y las estrellas a los miembros de la academia. También el universo y el infinito plantean problemas a FJ. ¿Dónde termina el universo? Su padre le explica que el universo es infinito. FJ quiere solucionar este interrogante y se propone contar números. Absorto en esta tarea, en clase se le va el santo al cielo y termina siendo enviado al despacho del director. Éste le ayuda y le propone que sea "Roger", el ordenador del colegio, el que se ocupe de contar. Finalmente, FJ se da cuenta de que el infinito está en todas partes.