La joven Ade y su hermano pequeño huyen de la casa en la que se criaron porque la acusación que se cierne sobre ella la conduce directamente a la hoguera.
En lo más profundo del bosque, encuentran refugio entre unas mujeres que, según los rumores, son hijas del diablo. Son las Ciudades Perdidas, profundas conocedoras de las plantas y de los astros, que han elegido ser libres, y que una sociedad supersticiosa e ignorante condena sin clemencia: son brujas.