Sentimientos correctos y esperables, pero también oscuros y casi inconfesables; amores que intentan ser reparadores y llenar vacíos familiares; afectos que parecieran quitarle su lugar a la enseñanza, por nombrar algunos ejemplos, hablan tanto de las variaciones como de la especificidad de un afecto docente que se vive, se nombra y se escucha día a día, y que en esta oportunidad es estudiado y teorizado por la pedagogía.