La práctica médica en el consultorio es tal vez la forma tradicional y más antigua del quehacer médico. Los médicos desde la antigüedad eran visitados por sus pacientes en la mayoría de las culturas y así mismo, estos también veían a los enfermos en sus casas. La importancia de la medicina en el consultorio es vital para construir y fortalecer la relación médico paciente, con seguridad la mayoría de los profesionales de la salud que se dedican a la práctica de la medicina general como la medicina interna, geriatría, medicina familiar en adultos y ahora la medicina de género como los ginecólogos, hemos experimentado que el acto médico no solo se limita a resolver un problema clínico sino también a la interacción con el paciente y su familia. El médico termina conociendo detalles íntimos del entorno de los pacientes y detalles que no pueden ser descubiertos en otro escenario. La confianza, prudencia y equilibrio son los pilares para el ejercicio de una medicina resolutiva y eficiente en el consultorio.

Desafortunadamente, la mayoría de los programas académicos de formación de internistas, al menos los que nos tocaron a muchos de nosotros, estaban orientados a la medicina hospitalaria, al caso raro, a la discusión académica, pero poco o nada al consultorio, que entre otras era percibido como algo de diferente categoría o como una especie de destierro obligatorio que alejaba de los encantos de la medicina clínica en los pisos de medicina interna de los grandes hospitales. Sin embargo, la vida nos fue llevando a muchos por el camino del consultorio, donde encontramos otras patologías diferentes que el médico debe resolver en poco tiempo y con un plan organizado. Por otra parte, la mayoría de los manuales y libros de medicina interna están orientados al manejo de problemas en urgencias, cuidados intensivos y pisos, es decir a la medicina hospitalaria, de manera que es evidente el vacío de conocimiento sobre medicina en el consultorio.

Todos los que hacemos consulta externa recibimos los pacientes y definimos uno o varios problemas, acto seguido el médico inicia un proceso de recolección de información, análisis y síntesis y finalmente solicitar estudios para complementar la información o verificar los problemas y generar un plan de acción terapéutico.

Los problemas clínicos tienen rutas y algoritmos de estudio cuya efectividad está probada, nuestro interés ha sido profundizar sobre los más frecuentes en el consultorio y su manera de estudiarlos para que el médico pueda generar más diagnósticos diferenciales y ser mucho más eficiente en su proceso asistencial. Los libros tradicionales de medicina hacen descripciones extensas de las enfermedades. Ni los pacientes ni los médicos saben el diagnóstico cuando el paciente consulta, de manera que el proceso se inicia por el problema para llegar al diagnóstico de la enfermedad.

Creemos que este libro será de gran ayuda en la práctica para los médicos de práctica general porque sugiere o recuerda como se debe orientar un problema de forma coherente y organizada partiendo del síntoma y llegando al abanico diagnóstico, justificando la pertinencia y suficiencia de cada pregunta o examen paraclínico de apoyo.